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Cuando todo esto terminó, todo Israel que estaba presente salió a las ciudades de Judá y rompió las columnas, cortó los postes de Asera y derribó los lugares altos y los altares de todo Judá y Benjamín, también en Efraín y Manasés, hasta destruirlos todos. Entonces todos los hijos de Israel volvieron, cada uno a su posesión, a sus propias ciudades.
Ezequías designó las divisiones de los sacerdotes y de los levitas según sus divisiones, cada uno según su servicio, tanto los sacerdotes como los levitas, para los holocaustos y las ofrendas de paz, para ministrar, dar gracias y alabar en las puertas del campamento de Yahvé. También destinó la parte de los bienes del rey para los holocaustos: para los holocaustos matutinos y vespertinos, y para los holocaustos de los sábados, de las lunas nuevas y de las fiestas señaladas, como está escrito en la ley de Yahvé. Además, ordenó al pueblo que vivía en Jerusalén que diera la parte de los sacerdotes y de los levitas, para que se entregaran a la ley de Yahvé. Tan pronto como salió el mandamiento, los hijos de Israel dieron en abundancia las primicias del grano, del vino nuevo, del aceite, de la miel y de todo el producto del campo; y trajeron el diezmo de todas las cosas en abundancia. Los hijos de Israel y de Judá, que vivían en las ciudades de Judá, trajeron también el diezmo del ganado y de las ovejas, y el diezmo de las cosas consagradas a Yahvé su Dios, y lo pusieron en montones.
En el tercer mes comenzaron a poner los cimientos de los montones, y los terminaron en el séptimo mes. Cuando Ezequías y los príncipes llegaron y vieron los montones, bendijeron a Yahvé y a su pueblo Israel. Luego Ezequías interrogó a los sacerdotes y a los levitas acerca de los montones. 10 Azarías, el jefe de los sacerdotes, de la casa de Sadoc, le respondió y dijo: “Desde que el pueblo comenzó a traer las ofrendas a la casa de Yahvé, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado, porque Yahvé ha bendecido a su pueblo; y lo que ha quedado es este gran montón.”
11 Entonces Ezequías les ordenó que prepararan habitaciones en la casa de Yahvé, y las prepararon. 12 Trajeron fielmente las ofrendas, los diezmos y las cosas dedicadas. El levita Conanías era el jefe de ellos, y su hermano Simei era el segundo. 13 Jehiel, Azazías, Nahat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Mahat y Benaía eran supervisores bajo la mano de Conanías y de Simei, su hermano, por designación del rey Ezequías y de Azarías, jefe de la casa de Dios. 14 Coré, hijo del levita Imna, guardián de la puerta oriental, estaba a cargo de las ofrendas voluntarias de Dios, para distribuir las ofrendas de Yahvé y las cosas más sagradas. 15 Debajo de él estaban Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías, en las ciudades de los sacerdotes, en su oficio de confianza, para dar a sus hermanos por divisiones, tanto a los grandes como a los pequeños; 16 además de los que estaban listados por genealogía de varones, de tres años en adelante, todos los que entraban en la casa de Yahvé, según el deber de cada día, para su servicio en sus oficios según sus divisiones; 17 y los que estaban en la lista por genealogía de los sacerdotes por sus casas paternas, y los levitas de veinte años en adelante, en sus oficios por sus divisiones; 18  y los que estaban en la lista por genealogía de todos sus pequeños, sus esposas, sus hijos y sus hijas, por toda la congregación; porque en su oficio de confianza se santificaban en santidad. 19 También para los hijos de Aarón, los sacerdotes, que estaban en los campos de las tierras de pastoreo de sus ciudades, en cada ciudad, había hombres mencionados por su nombre para dar porciones a todos los varones entre los sacerdotes y a todos los que estaban listados por genealogía entre los levitas.
20 Así lo hizo Ezequías en todo Judá; e hizo lo bueno, lo justo y lo fiel ante Yahvé su Dios. 21 En toda obra que comenzó en el servicio de la casa de Dios, en la ley y en los mandamientos, para buscar a su Dios, lo hizo de todo corazón y prosperó.